Análisis detallado de las capacidades respiratorias y de fonación del paciente. Identificación de áreas específicas que necesitan mejora para optimizar la producción vocal.
Implementación de ejercicios específicos para fortalecer los músculos implicados en la respiración y la fonación. Entrenamiento en técnicas de respiración que favorecen una mayor control y soporte para la voz.
Ejercicios para mejorar la claridad del habla, la proyección y la calidad vocal. Técnicas para controlar la tonalidad, el volumen y el ritmo del habla en diferentes contextos.
Aumento de la eficiencia pulmonar y del control del aire, esencial para una fonación efectiva.
Optimización de la calidad de la voz, haciendo el habla más clara y comprensible.
Reducción del esfuerzo vocal innecesario, previniendo la fatiga o daño vocal a largo plazo.